Observación del profesor experto Jorge Pérez a Araceli Cristobalena:
¡Hola a todos!
El pasado día 23 de marzo viaje a La Bañeza para asistir a algunas de las clases que Araceli impartía ese día en el IES Ornia.
Cuando entré en el instituto, el edificio me recordó a otros en los que estuve trabajando en zona rural. Llegué al inicio de clases de después del recreo, así que, jaleo y ruido por los pasillos, como en todos los centros docentes.
El aula donde estuvimos era un tanto peculiar puesto que sirve de departamento y esta muy cuidada pero los pupitres son tableros que van desde la ventana hasta el pasillo exterior. Esto es un inconveniente, puesto que el acceso para poder atender a los alumnos es dificultoso.
Asistí a dos clases con grupos de alumnos bien diferentes.
El primer grupo era de 1º ESO bilingüe. Grupo con un número reducido de alumnos, interesados en la tarea propuesta y que me recibieron con cariño y curiosidad.
Araceli les explico la tarea de writing sobre una foto que ya debían tener seleccionada previamente. Los alumnos trabajaron concienzudamente mientras Araceli les resolvía las dudas que les podían surgir. En algún caso también me preguntaron a mí, síntoma de esa aceptación por parte del grupo. En este nivel de alumnos tan jovencitos, Araceli no sólo es la profesora, sino como una madre por la paciencia que demuestra.
Nunca he dado clase a este nivel y percibí que con esos alumnos hay que ser más flexibles y pacientes que nunca.
El segundo grupo era de 1º bachillerato CCSS (ciencias sociales). El aula era la misma pero el número de alumnos mucho mayor (25 alumnos). Para mi gusto estaban demasiado apretados y juntos, aspecto que facilita que haya murmullo y que se pueda charlar.
Este grupo me recibió con cierto desinterés (ya son mayores). Araceli comenzó la clase con la corrección de los ejercicios del libro y con el apoyo de los materiales digitales en la pantalla del videoproyector (yo lo hago exactamente igual). El interés que demostraron los alumnos no facilitó un ambiente ideal de clase , desde mi punto de vista. Araceli tuvo que llamar la atención a algunos alumnos y consiguió que la clase se desarrollara con normalidad y que los alumnos participaran en las tareas de corrección o en otra de imaginar lo que estaba ocurriendo en unas imágenes proyectadas.
¿Qué he aprendido? Que Araceli se preocupa y lucha por sus alumnos, como debemos hacer todos, y que para ello debemos cultivar la virtud de la paciencia y no perder nunca la compostura. En nuestra faceta docente multidimensional , como docentes enseñamos nuestra materia, somos consejeros, padres y cualquier otra que se nos eche encima. Y Araceli es un ejemplo de buena docente. Araceli, gracias por abrirme las puertas de tu aula.
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